Greywolf miró al cielo. La Luna, grande y brillante, iluminaba el
frondoso bosque a los pies de la montaña. El viento trajo su aroma, los
árboles bailaron su danza y la estrellas dibujaron su nombre.
Ella nunca sabrá cuanto la quiso. Nunca sabrá que soñaba con ella, que vivía para ella.
Recordó su primer beso. El primer "te quiero". El primer "te amo".
Sonrió, enjugó sus lágrimas y comenzó el descenso.
Mientras bajaba, sus pensamientos eran para ella: Zanya.
Nunca,
hasta ella, se había sentido así. Nunca habia conectado con nadie tán
deprisa, ni a ese nivel. Nunca antes tuvo tan claro que toda su vida
quería pasarla con una persona.
Negó con la cabeza. Recordó su sonrisa y negó con la cabeza. Sabe que nunca estará con ella.
Recuerda
que una vez le dijo "Moriría por tí". Con su imagen en mente, montó, y
cabalgó hacia el valle, de donde quizás jamas volviese.
Sabe
que allá donde va, sólo hay muerte y lucha, pero tambien sabe que debe
partir, para unirse a sus hermanos en su intento de detener las hodas
nocivas que amenazaban su pueblo. Que amenzaban a su amor.
"Quizas nunca vuelva Zanya, pero te velaré desde los cielos", dijo mirando a la Luna.
Acto seguido partió hacia su destino.
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