Siente una brisa con el aroma de su pelo atravesando cada
parte de él.
A su mente son evocados sueños, recuerdos, deseos...no los distingue
bien. Sensaciones tan intensas y
hermosas que no es capaz de discernir, y ni siquiera desea.
Beber de sus labios, sentir su caricia, perderse en sus
brazos. Cosas con las que su alma se acrecienta, siendo capaz de atravesar
valles, escalar montañas e incluso de surcar los cielos.
Con su imagen grabada, atraviesa las nubes, cada una de
ellas lleva cada ápice de su esencia. Reflejada por estrellas, que por bellas que sean, nunca brillarán como
ella. Nunca pudo siquiera creer que alguien fuera capaz de arrancar su máscara
de hierro, ocultando la fragilidad de un alma harto dolida y abandonada.
Arrancó
las verjas de la tristeza, vaciando de tinieblas sus días.
Cuando sonríe todo brilla, todo reluce. Sea verdad o delirio, no le importa, con ella en
su pensamiento esboza una sonrisa y cierra los ojos para no perder la más bella
de las imágenes: su rostro.
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