jueves, 29 de enero de 2009

Noche en la Ciudad

La noche sucede al día, dando paso a luces susurrantes que empañan la noche,

inundando mis oídos de sordos cantos marcados por el paso de un reloj de cuerda

abandonado en el bolsillo de lo cotidiano.

Un abrigo invernal cubre las ramas temblorosas de un sauce llorón que ríe por el lento soplar de un viento anhelante de quietud y parsimonia en un andar furioso.

Las hojas bailan seductoras al ritmo de la música cantada por flores marchitas, aunque inherentemente bellas.

En la ventana de un edificio cercano, un sexagenario observa como su amante se mueve sensualmente, mientras se quita lentamente el vestido que él le ha obsequiado. Aún no pasa los veinticinco.

En un banco frente al estanque, una joven pareja se deja llevar por el frenesí, sin importar quien pase por delante de ellos, algunos lanzando miradas inquisidoras.

Suena un móvil. Ella no va a venir.

El cielo acompaña su lamento dejando caer algunas gotas, antes de deshacerse en un mar de lágrimas.

Bajo la lluvia, apura el cigarro, y presuroso se dirige a la calle, donde un taxi lo lleva de vuelta al hotel. Un vaso de whiskey lo espera, para hacer más llevadera la noche. Mientras bebe, alguien toca su hombro. Se gira, y como una estrella caída del cielo, ella aparece antes sus ojos. Toca sus labios con sus dedos, los dedos de un ángel, y lo besa.

Juntos, se pierden en un mar de seda, navegando por sus cuerpos, mientras sus corazones laten al compás de la pasión.

3 comentarios:

isidro dijo...

Hace mucho que no escribías algo alegre... hace mucho que no escribías en general. :)

Realmente me ha gustado; elaborado pero simple en cierta manera. Como diapositivas.

A ver si te inspiran más a menudo.

Charles X dijo...

Esta muy bien, lo que te digo siempre: ESCRIBE MÁS, CABRÖN!!!

maria dijo...

Muy delicado. Abrazando las palabras ^^
besos